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¿Qué tanto se resiste tu norma?

Por: ARTURO BAEZA

Entre los MUCHOS retos a los que nuestros usuarios se enfrentan como diseñadores, uno de los más comunes y “confusos” es el desarrollo de productos apegados a “las normas” que rigen su mercado, industria, organismo, etc.

Hoy vamos a profundizar un poco en ese mundo que, si aprendes a dominar, facilita y agiliza la introducción de productos de manera más eficiente en diferentes entornos y mercados. Para esto, nuevamente me apoyé en Óscar García, experto de DMD en el Dominio de Simulación, quien nos orientó acerca de los diferentes escenarios que enfrentas al tener que desarrollar en base a una norma y cómo las tecnologías de Validación te ayudan a resolverlo.

Así que… ¿Qué son y para qué sirven las normas?

“Norma” es una palabra muy compleja en general. Normalmente infieren precaución, ya que las normas son herramientas para estandarizar, definir y, en ocasiones, garantizar un comportamiento de acuerdo a ciertas condiciones.

Según nuestra amiga la RAE, norma es: “f. Regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.”

Existen muchas normas en muchos contextos, tanto de ingenierías como de seguridad, higiene, alimentación, etc. Estas tienen diferentes objetivos para cada uno de sus entornos. Algunas buscan establecer criterios de comportamiento para mejorar el lugar de trabajo, otras prevenir la transmisión de enfermedades e incluso garantizar la integridad de un alimento almacenado.

En el contexto del desarrollo de productos, las normas son un conjunto de criterios establecidos que definen las características o el comportamiento de tu producto para asegurar que cumpla con los estándares necesarios que su mercado, industria o usuario necesita.

¿Quién define las normas?

Aquí está el secreto, las normas no son normas solo porque una persona decidió que así deben ser. Para ser una norma como tal, un organismo debe tener consenso para establecerlas. Ya que estas van a regir el futuro y las reglas para toda esa industria o producto.

Un ejemplo sería la Fórmula 1, donde establecen normas para los vehículos que participan en las carreras, y estas solo son controladas por la Federación Internacional de Automovilismo (fia.com). Si alguien se ve afectado o beneficiado por el establecimiento de esas normas, en teoría, no se debe a la norma en sí, sino a la interpretación de esa persona o equipo de la norma.

Hablando de ejemplos más comunes, en México existen diferentes organismos, tanto gubernamentales como privados, que establecen diferentes criterios según las necesidades. Algunos son:

Secretaría de Comunicaciones y Transportes (sct.gob.mx )
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (stps.gob.mx )
Puedes encontrar más referencias aquí (www.2006-2012 )

Ahora… ¿Cómo se relacionan las normas con las pruebas físicas?

En este caso, las pruebas físicas, cuando la norma lo requiere, consisten en someter un prototipo a un entorno controlado para garantizar su comportamiento y/o seguridad. Esto hace necesario tener prototipos listos para las pruebas y ver los resultados del experimento.

En este caso, cada prueba requiere un prototipo y, además, no todas estas pruebas ofrecen mucha información para su análisis más allá de lo que los sensores nos permiten medir, por lo que obtener conclusiones de mejora se vuelve complicado, ya que al final, la prueba solo determina si cumple o no con el resultado esperado según la norma.

Aquí es donde las soluciones de validación aportan su valor. Permiten realizar un sin número de pruebas virtuales (incluso antes de fabricar un prototipo) y proporcionan datos valiosos para su posterior análisis, mejora u optimización. ¿Y por qué esto es beneficioso? Pues sencillo, no solo puedes realizar tantos experimentos como desees, sino que también puedes probar diferentes configuraciones para elegir el prototipo más adecuado para la prueba física y obtener un producto de mayor calidad desde las etapas iniciales del desarrollo.

Y… ¿Qué pasa si no sigues las normas establecidas para tu producto?

Pues digamos que cada industria, mercado o definición de producto tiene sus propias reglas. Por ejemplo, puedes desarrollar una estructura sin considerar las normas de seguridad correspondientes, y no por eso dejará de ser una estructura que no puedas fabricar o comercializar, pero será una estructura no segura ni recomendada.

Sin embargo, hay segmentos más estrictos que consideran que si tu producto no cumple con las normas, no se puede ingresar al mercado ni siquiera comercializarlo, como ocurre con los vehículos de transporte, aviones, etc.

Por lo tanto, seguir o no una norma a veces es tu elección y otras veces no lo es.

Si deseas tener una conversación acerca de las normas de tus productos y cómo acelerar o incluso reducir hasta en un 80% las pruebas físicas que realizas actualmente, agenda una reunión con nuestros expertos AQUÍ→ FORMULARIO, y nosotros te ayudaremos con esa situación.

Por último, te invito a que sigas pendiente de nuestras entrevistas en #DMDEnCorto, donde hablaremos de más temas relevantes para ti y pronto profundizaremos en la #ExperienciaDMD.

Por si te lo perdiste, te compartimos aquí el video

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